viernes, 23 de septiembre de 2011

fines de los 90/facultad

El findex los A me dijeron que les sorprendía mucho que hablara siempre de la época del colegio pero no de la facultad. Hubiera jurado que de eso hablé muuucho en otros momentos. Pero no sé, es difícil ver lo que uno hace.

Desde sexto año en adelante, la vida tomó un color más vivo. Corría el año 96 y después de mi crisis vocacional, la angustia extrema, la vuelta al diván y al CNBA, empecé a pasarla mejor. En el segundo cuatrimestre conocí a Lau en Filosofía. Cursábamos a la tarde, en Marcelo T, en el sótano infecto y deprimente, sin ventanas y no teníamos demasiada onda. Hace un par de semanas le dije que estaba obesa vía chat y me dijo, con su adorable sarcasmo habitual: "¿Cómo en el CBC?". Reímos. Digamos que estéticamente no era mi mejor momento. Ese año también conocí a Jime y a Joy y el espectro empezó a ampliarse. Muchas noches venían los chicos (ya no sé bien ni quiénes pero solía estar Rodri y otros, la 1era, la 2da y la 3era se fusionaron en Humanísticas y creo que en total éramos cuatro minas). Con las chicas íbamos al Argentino, a Dr Jeckyll, nos juntábamos a fumar porro en lo de Pau, al Roxy, al Podestá. Y no sé a donde más.

Y después empezamos la facu y con Lau, después de no querernos, sí nos encontramos. Teníamos el mismo jean de Chocolate (mi jean de la suerte para casi todos los finales de la carrera) y un sueter colorado que nos hermanaba. Conocí a Flora que después de decirme "nasal" durante unos cuantos meses (compartíamos el práctico de Teoría Literaria, yo me sentaba en el primer banco y era INSOPORTABLE), en Lingüística nos aliamos. Jime, Tiago, Buba y Ana completaban el elenco estable y después había un par de satélites. De todas maneras, la facultad no es el ámbito en donde más amigos me hice en mi vida.

La amiga con la que no me aguantaban (con Flora) ligó el mote de rata cruel, así que empatamos. Ese año fui la amante de un compa de Literatura Inglesa. Nos juntábamos a estudiar y terminábamos garchando. Bastante buen plan. Él tenía una novia gorda que a mí me dejaba en un lugar bastante de mierda pero bueno, me era funcional. La primera vez que salí a manejar sola me acompañó desde Puán hasta casa. Entrando al garage voló la bagueta del lado derecho del Renault 21 verde de madre y él lo levantó del piso. El garage de Las Heras era realmente muy incómodo (por angosto) y así fue que me gané el famoso apodo de "chocotorta". Ese año también empecé a ir al taller de DP y conocí a Haidu, a la Shama, a Parisi y a un montón de gente más. A la noche no sé bien a dónde íbamos. ¿A La Cigale? Tampoco sé en qué año exactamente empezamos a parar todos los domingos en Notorius. Todos sabían dónde encontrarnos si querían. En la facu curtíamos Platón. Y creo que fue después que nos hicimos habitués del bar hiper cutre del patio, a veces nos quedábamos tomando cerveza con Fede y Tony, que en algún momento creyó que iba a estudiar Antropología. Entrar a la facu era como entrar a un club: saludar y saludar gente por los pasillos. Derka también empezó antropo pero no duró. Los bares nocturnos de la facu fueron también Dadá, Espero Infinito, Million... ay, ¡ya ni me acuerdo! Los bares del bajo me hacen acordar a Iván, a Esti, Lore, Lau y Fede. Salíamos en parejas. Pero eso fue después... Los jueves creo que tocaban bandas en el Podestá así que medio que íbamos por default. Como Lau vivía muy cerca de casa de padres (la madre a unas cuadras y el padre en la misma manzana) medio que andábamos juntas todo el tiempo. Estudiábamos en las pizzerías café del barrio: o La Alameda (sobre Las Heras) o Che, Buenos Aires (sobre ¿Gutierrez?).

Ah, también íbamos a fiestas en El observatorio, en La Catedral, La Ideal, en un lugar de jubilados de Julián Álvarez y las de casas siempre eran las mejores, OBVIO. Mi vida sexual era bastante activa. No tenía demasiados pruritos pero... no garchaba con cualquiera. Revuelque sí, garche no. Cada uno tiene sus principios y yo respetaba los míos aunque fueran bastante ininteligibles. Pero a la vez sufría mucho convencida de que nunca nadie me iba a querer. Después de que dejé el coche en Viamonte, en bajada, sin freno de mano (sí, lo conté MIL veces) coordinando un show de Baccarat en La Cigale, mis padres me buscaron otro analista, al que le agradeceré de por vida haberme salvado la vida. Lloré tanto pero tanto tanto mirando por los vidrios ahumados hacia un árbol de Ugarteche que creo que se me secaron los lagrimales para siempre.

Bueno, tenemos cine club, marido amasa pizzas en la cocina con la cría y una pareja de chicos que se acaba de mudar a México y a los que creo que desalentamos para siempre en el asunto "tener hijos". O no.

Otro día, si me acuerdo de algo más, sigo.

En fin.
Así las cosas... ¡Adiós juventud!

3 comentarios:

cronista sentimental dijo...

siempre les digo eso a mis amigos que fueron al buenos aires. 20 años después ¡siguen hablando de la secundaria!

laura dijo...

no puedo creer que te haya aparecido acá el "che, buenos aires"! ayer me acordé de esos tiempos porque me mandó un mensaje migue para avisarme que estaba con drole "pinchando" en el raval. obvio que no fui porque era muy tarde y soy una anciana.
besos,
lau, tambien conocida como "la mosquita muerta"

JB dijo...

jajajaja. boluda, ese apodo te lo puse yo?

es terrible, no hay pibe con el que no me haya dado un beso! bueno, se ve que gasté los noventa.

drole y migue pinchando en barcelona. qué top y qué retro!!!!

besossssssssssss