lunes, 28 de septiembre de 2009

5 meses

Salió el sol. Llegó mi marido y me altero. Es la verdad. La convivencia en lugar de paz me da nervios. Debería ser distinto. Diego quiere hablar largamente cuando se le ocurre. Yo lo vuelvo loco con el laburo. Le digo que tiene que trabajar más. Sí, soy un plomo.

Milo cumplió 5 meses. Está enorme y divino. Aunque, claro, ya se terminó la paz. Ya no es todo tan fácil. No se queda cómodo en ningún lado. Pero se ríe sin parar. Y toma la teta, claro. Lo tengo sentado al lado.




Me fui a hacer la radiografía. Bueno, no era una, era una serie infame que llevó 40 minutos de tomar bario y otras porquerías y de rotar y no respire, no respire y tuve que llevar al bebé porque Jose no había llegado, a Diego lo dejé en la oficina y me ofreció quedárselo pero no acompañarme (a veces me siento tan sola a pesar de no estarlo). Asqueroso todo el temich. Reflujo sí hay. Mañana a la tarde me enteraré qué más. Tengo que laburar. Urge ponerse las pilas. Fui un rato al gym, 32 minutos de elíptica (no estaba muy inspirada), sauna, ducha y a casa. Hablé con Xime y con marido y acá estoy, ya teniendo que irme nuevamente a buscar a Tita. La chica que tiene que venir hoy todavía no llegó (espero que el próximo post no diga nunca).

Y no mucho más. Estoy gorda y hoy empiezo dieta seriamente. Dieta conjunta, todos en esta casa la necesitamos.

Igual, el sol, todo lo cambia (aunque estoy rayadita, malhumorada e inconforme, frustrada, todo por mi culpa, es la realidad).

Así las cosas.

1 comentario:

GC es un grande dijo...

que foto belleza total...