miércoles, 30 de septiembre de 2009

el resfrío se convierte en gripe y así, así

Vuelco. Sin darme cuenta, los mocos van tomando espacios y a mí no me queda más remedio que declarar una gripe. Gangosa, no tengo ganas de hablar. Me tiré en la cama. Le pedí a Jose (jamás hago nada semejante) que me hiciera un té y me eché, primero a leer y después a descansar. Dado que hay dos personas trabajando en casa, temporalmente, me dio menos culpa. Milo durmió un rato y después se fue con Isabel. Me duele también la cabeza y la garganta. Mi madre quiso que le leyera el resultado de la seriada pero lo dejé en el auto, iré a buscarlo y se lo diré vía skype. La panza me sigue doliendo horriblemente, soy un deshecho de malestares menores. Avanzo con la novela, leo palabra por palabra. Quisiera trabajar más, ya lo dije. De todas maneras, hoy no parecería el día indicado para semejantes deseos. Hubo sol y no llueve. No debemos alegrarnos por ello. La sequía que acecha a la ciudad no es un buen augurio. Leo sobre aqueos y troyanos. Sobre Helena y su traición. Sobre dioses celosos, ambiciosos, vengativos. Pienso: qué dioses tan imperfectos los del a mitología. Las religiones monoteístas se vieron un poco más afilados a la hora de revestirlos de cualidades. Claro que sigue teniendo fallas eso de que a alguien tan perfecto le importen nimiedades del calibre de las liturgias, de tomar o no alcohol, de coger y demases. Mal pensado por ahí. Hubieran sido todavía más exitosas y no perderían adeptos. No tengo ni idea de cómo llegué acá. Justo, de todas maneras, estos días pensaba que Diego lee poco pero intenso. O lee Historia o lee a Nieztsche o a Foulcault. Yo soy incapaz. No entiendo, no me concentro. En grupo de estudio o situación académica te leo cualquier cosa pero de onda...de onda, no cazo balón. Por eso ama decirme que soy una burra que leo novelitas. Tampoco sé a qué venía eso. Voy a escribir un rato y después hacer tarea con Simón. Todavía no llegó de su partido. Son las 5.30 pm y lo extraño. No sé cómo aguantan las madres en Argentina con sus hijos en escuelas privadas. Supongo que trabajan más.

No sabemos si Isabel se queda. No estoy del todo convencida de su performance. Eso, yo. Ella habla de dudas de su marido. Se acaba de juntar (este es el término que utilizó ella) y no sabe si él está muy convencido. Su hija está con la madre. Escucho a mi bebé platicar.

En fin.
Así de mocosas las cosas.

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