martes, 8 de septiembre de 2009

son las ocho y cuarto y llueve

Esto no da. Al menos, no acá. En el DF, supuestamente, llueve de tarde. Ya no. El cambio climático se acelera y cada vez nos va peor. Tita al lado mío, no fue a la escuela por mocos. Piden que no los mandemos por el temich de la influenza y yo, por una vez, hice caso. Ayer no estuvo muy espléndida y no me parece que tenga que hacer tantos esfuerzos siendo tan chiquita, aprovecho que no está marido quien tiene unos problemitas con faltar y esas cosas (no sé qué onda con eso, la sarmientito siempre fui yo pero el pibe es muy duro aunque no lo parezca). El bebé se levantó mucho. Bueno, no sé bien. Imaginate que la primera vez pensé que eran las cinco de la mañana y me dije, qué genio este bebito pero qué corta la noche. Claro que después se volvió a despertar y eran las cuatro por ende, claramente, había visto mal la hora. Y después, a las siete menos veinte, cuando nos despertamos con Simi, quiso teta nuevamente. Crece perfectamente pero no es un lechón, está en la media de altura pero un poco por debajo del peso. Si lo ves es bastante gordito. En fin. Un divino total. Roberta llora porque quiere ver una película ya y yo no la dejo. Detesto su modo, no entiende que el lloriqueo no va conmigo, que me llena de bronca. No soy la persona más paciente del mundo precisamente y no nací para hijos caprichosos.

Voy a desayunar algo. Yogur y una tostada. El té y el café me hacen vomitar. Ambos. No conseguí gastro. El que me pasó el pediatra tenía cita recién para el 25 de septiembre, llamé a uno capo que me iba a pasar uno por esta zona pero no tuve novedades de su secretaria y me falta Ile que me va a pasar el de su tía. Espero resolver ese temich hoy. A la noche reunión de padres en la escuela de Tita. Ayer una madre me dijo que no iba nunca porque no le gusta dejar a los chamacos a esa hora. Bueh. Yo sí voy, me parece que no da no ir pero no es la opinión más generalizada. El año pasado en el de Simón éramos siete, con suerte.

Después del desayuno juntaré fuerzas, haré el bolso, me cambiaré e iré al gym. Tengo puesto el camisón (blanco con florcitas), arriba el buzo colorado (sí, ese que tiene cerca de 30 años porque era de mi hermana Marcela y yo sigo usando), el pantalón del pijama Caro Cuore que no sé si es de Europa 96 o Israel 95 (de un color indefinido, tipo café jaspeado). Algo así. Y unas medias verdes. Y raya al medio. Ayer se me hizo sola y pienso dejármela. Me hace más cara de gila pero no me molesta, tiene algo de ser yo. Bueno, eso, un escracho total y absoluto.

Y después, trabajaré. Creo que el día amerita sauna. Espero que me de el tiempo.

Y no mucho más. Muy gris. Muy lluvioso. Bastante laburo y pocas ganas de nada.

Así de pinchadas pero sin angustia las cosas.

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