lunes, 28 de septiembre de 2009

fuimos volviéndonos locos

No, es sólo la cita de Babasónicos. Diego revisa la lista de temas y busca alguno que le falta. No es muy probable que la locura aumente. De hecho, creo que, en relación a otros momentos, están en franco retroceso. Mañana a las ocho sale su avión y yo me quedo, una vez más, con los chicos en casa. Simón está enojado y angustiado porque Diego se vuelve a ir y pregunta por qué no estamos incluidos. Si hubiera sido fin de semana, iríamos. Hubiera sido divertido. Mucho mejor que cualquiera de las bandas que acostumbramos grabar. Pero no, es lejos y no se puede. Veremos qué nos toca en el df. Marido, además, muy mal día. Ese es el problema de la convivencia. Tenés un buen día pero el otro te lo puede ennegrecer de un saque. Este año fue una constante. Por primera vez en años me siento tranquila y al anochecer se cierne la angustia sobre la casa. Ni modo, es por turnos.

Mañana desayuno de madres del salón de Tita. Hice brownies (ja sí, qué original). Me tiré a laburar en mi cama y me quedé dormida. Simón vino entusiasmadísimo porque el miércoles tiene partido de fútbol. El único problema: malísimo si tengo que llevarlo. Un gancho total.

Por lo demás, ahuevada. De todas maneras, tener interlocutor ao vivo evitará que me explote la cabeza de tanto pensar. No daba para más. Mañana, de todas maneras, también duermo sola. Qué frío.

En fin.
Así de lunes las cosas.

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