miércoles, 23 de septiembre de 2009

la peor noche imaginable

No me podía dormir. Hablé con Diego hasta tarde y después, vueltas y vueltas. Nada es especial o sí. A veces me gustaría decir todo todo, acá digo. Las fantasías. De todas maneras, soy sacada pero no tanto. El superyo, de vez en cuando, funciona.

La cuestión es que a la una Milo quiso comer nuevamente. Peor que nunca, a las siete, a las diez, a la una, a las cinco y a las ocho de la mañana. En el medio quejidos y levantadas a ponerle el chupete. En algún momento, además, Tita se pasó a mi cama. Raro. No lo hace nunca. Bah, no lo venía haciendo. A las siete menos veinte, como todos los días, sonó el despertador. Cinco horas interrumpidas de sueño, en mi mundo, apestan. Cuerpo que pide piedad. A Tita la despachó Jose. Igual, no dormí más. A las ocho y media me estaba yendo al club. Hice media hora. No me daba para más ni la energía ni el tiempo. Como el sauna está en reparación, me metí al vapor. Es bastante repelente pero relaja. Y abre los poros. Nunca en mi puta vida pensé que iba a disfrutar de ir a un club, los detestaba. Menos pensé que alguna vez me metería en alguno de estos cosos. Y ahora, adicta. De ahí me fui a pagar el agua, a sacar el curp de Coco y al super (todo en el mismo espantoso centro comercial).

Amanecí con fotos del desayuno de Diego en Voulez Bar mandadas desde su BB. No, del desayuno no, de la vajilla. Le contesté que por cosas como esas quiero vivir ahí (sólo que hay que ser muy rico para hacer una buena vida en Bs As criando tres pibes). Después pensé que no es sólo por eso (claro que no), yo acá no soy yo. Ahí, en cambio, sí. Cosas que me gustaría hacer. Mi vida, mis costumbres, mis amigos. Mi familia. Un potencial que acá se marchita encerrada en mi casa del suburbio (no algo que yo vaya a hacer para brillar, eh, simplemente el pasarla bien, divertirme). De repente, siento que finalmente voy a poder hacer todo. A veces le tengo mucha fe a mi suerte.

En fin. Igual, el día está completamente gris y yo me pongo a tono.

A veces pienso que tiro demasiada buena onda. En pavadas, eh. ¿Tendrá alguna repercusión cósmica positiva? Siempre dije que confío en la teoría del boomeran pero a veces flaqueo y sólo veo gasto de energía (está bien igual, lo voy a seguir haciendo, como el escorpión, es mi naturaleza pero con signo positivo). Sólo una inquietud. Agrego, a raíz de un post de amiga. Entonces ¿por qué le caigo tan mal a todo el mundo?

El bebé llora en su bebeseat. Está en esa edad en la que no sabés dónde mierda ponerlo. Necesita aprender a sentarse.

(lo llevé a la cuna y se durmió, tenía sueño).

El gastroneterólogo me suspendió la cita de hoy (?). Sí, increíble, lo último que me faltaba. Me la pasaron para mañana a las 11.30 am. A las 8.00 tengo desayuno con madres de salón de Simón. Ahora debería trabajar. O, en su defecto, cocinar algo para que mis hijos coman rico.
Tengo ganas de salir. Pero no, no acá. Acá eso no existe para mí. Para mí, salir, es allá.
Y la acidez no da tregua. Seguramente el desayuno al paso en el super (una barrita all bran de fresa, un yogur 0% también de fresa y un jugo de manzana) no ayudó mucho.

No, nada, eso. Así de desordenadas y aburridas las cosas. De repente me empiezo a entretener con algo y pum, se corta todo. A veces soy como una nena. Igual, todos vivimos de pequeñas ilusiones ¿o no?

Así las cosas.

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