domingo, 13 de septiembre de 2009

mis buenas amigas

Pau me invitó a pasear con ellos a Polanco, Ile nos invitó a merendar a su casa y Xime me llamó para pasar. Iba a ir con los B a Polanco pero se me ocurrió llevar a Tita al cine (los invité a Simi y a Dante pero no les interesó la peli que les ofrecía, no me di cuenta de que había otra mejor) y los demás ofrecimientos vinieron después de la idea de cine. Así que nos fuimos los tres a ver Tinkerbell. Milo se portó, extrañamente, perfecto. Primero durmió y después lo puse para que mirara la pantalla. Parece que el cine le sienta mejor que el teatro. Y eso que el volumen estaba altísimo. Yo mucho no me concentré, pensé en cosas y me angustié y enojé un poco no sé si con razón o no (es difícil el disernimiento). Ahora miro el otro partido de la semi final. En un rato prepararé lunch, bañaré bebé y leeré en la cama. El día por suerte se va acabando (el Coco al final fue al cine con la mamá de Dante y me lo traerán tipo siete). Lo que no me cayó nada bien fue el aumento de las entradas, cincuenta y ocho pesos me parece una exageración (posiblemente tenga que ver con la constaten devaluación del peso pero igual, desubicado). Y no mucho más. Agradecimiento hacia la buena onda mis amichis. La contraparte el cansancio existencial.

Así de domingueras las cosas.

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