martes, 29 de septiembre de 2009

post opíparo desayuno de madres

Me dormí a las diez de la noche, peleada con mi marido. Bah, el odiándome. Yo sé que puedo ser cruel y pesada pero también me canso. Me canso de que todo sea para abajo. Pero las discusiones son horribles. Una angustia que me cerraba la garganta. Hacía mucho que no la sentía. Noche agitada, el bebé que se despertó demasiado. No sé qué le pasa. No sé si hambre o angustia adelantada o qué. Diego se fue a las seis y cuarto. Me levanté para hacerle el lunch a Simi. Habla mucho por la mañana y yo no reacciono. A Tita la despachó Jose, yo no me podía mover. De todas maneras, a las ocho y diez me levanté, me bañé, alimenté al pequeño y partí para la casa de la room mother del salón de la pequeña. El departamento podría haber estado bueno pero era bastante horrible. Creo que la alfombra más los pocos muebles y adornos, hacían una mala combinación. Me comí el plato de frutas, rara combinación de fresas y sandía, las enchiladas con los frijoles enteros (en lugar de puré que sería lo esperable) y aguacate, jugo de naranja y café con leche. Yo llevé brownies y otras madres más cosas dulces. Obviamente me cayó todo como el orto y terminé vomitando. Yo creo que Sartre, definitivamente, tenía el mismo problema gástrico que yo. Hablé poco. Muy poco. Nadie me charló demasiado y yo opté por el ya famoso: "calladita te ves más bonita" que tan frecuente y atinadamente estoy empezando a aplicar. Claro que, no me sale taaaan bien. Cuando hablaban de la posada y hacer no sé qué representación de la pastorela, una madre tuvo a bien decir que si había alguien de otra religión...ahí sí, alcé la voz y dije, fuerte y claro, como hablo yo, que era judía. ¿Ah sí? Sí, bueno, completamente laica, mi marido no es judío y sí, en mi casa siempre hubo árbol de navidad, igual, es completamente pagano...A veces digo cada pelotudez. No porque no sea cierto pero no es necesario acotar detalles. En fin. La plática no fue muy divertida, nadie quiso preguntarme nada ni intimar ni llegamos a demasiadas conclusiones. Me traje unas hojas con todos los eventos del año (igual, la que lo diseñó, que tiene la peor onda y me cae pésimo, se equivocó con la mayoría de las fechas) y me enteré de que la semana que viene es el Bake sale por lo cual, tengo que cocinar con mis hijos para que lleven sus productos horneados. Cuánta mamada, por favor.

Y no mucho más. Ahora, trabajar un rato. Alimentar a Milo e ir a buscar niños. Simón está muy emocionado con el partido de mañana de fútbol. Es defensor. Me alegra que esté entusiasmado. Roberta quiere invitar amiguitas. Se está nublando y yo estoy muy poco motivada para laburar.

Son días de confusión.

Pero ni modo.
Así las cosas.

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