jueves, 21 de enero de 2010

como si el tiempo no pasara

Amigo se junta con mi hermana y me dice que hablamos igual. Hace más de doce años que no vivimos juntas y más de cinco que ni siquiera compartimos país. Misterioso.

Estoy cansada. Mis amigas nuevas me llenan de entusiasmo.

A veces me siento demasiado buena. Rozo la estupidez.

Mi marido sigue sin darme pelota.

Hay demasiadas horas de diferencia con Australia.

¿Soy la misma cuando mis hijos están en zona que cuando no?

Si no sos ni brillante, ni hermosa ni particularmente carismática, ¿qué sos?

¿Normal?

Quiero que me vaya bien. Ya lo dijimos: la magia no existe. Sólo la voluntad.

Me acordé de que me quería hacer otro tatuaje. El mío cumplió 13 años. Guau.

Qué divertido hubiera sido todo si en mis épocas de soltería hubiera habido tantas plataformas 2.0. Una pena.

Bueno, eso. Pienso pavadas todo el día. Pienso en formato internético. No pude escribir nada. Extrañé a mi coach, anda lost.

Mis padres se van mañana.

Tengo que preparar dos cuartos de huéspedes. También comprar toallas.

Comí demasiado chocolate.

En fin.
Así las cosas.
Fragmentarias.

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