lunes, 18 de enero de 2010

me estalla la cabeza

Hace dos meses aproximadamente que me cuesta dormir. Duermo pero mal y poco y no por el bebé. No paro de pensar. No podría definir en qué. Pavadas. Antes, cuando trabajaba, me pasaba horas, manejando, buscando la manera de maximizar gastos, recordando pagos y cobros, buscando cosas nuevas. Horas de horas. Ahora, no sé en qué invierto esos pensamientos exactamente pero no es en nada productivo.

Me acosté con el comienzo del partido de Del Potro, no quise mirarlo para no distraerme. A las dos de la mañana me levanté porque Milo lloraba y estaban jugando el último set, en sueños me di cuenta de que ya tenía el partido ganado. Me gusta que empiece el circuito, es una forma de oficializar el comienzo del año. Veremos si logramos engancharnos con los horarios australianos.

Me levanté temprano, primero a las 6am a darle la teta al bebé, a las 6.45 a despachar a Coco y ahora ya toca empezar el día. Tenía que hacer un chat pero mi interlocutora no está conectada. Me cambiaré, iré al club, haré sauna y después llevaré a Camilo al pediatra. Cuando Diego se despertó, le dije que necesito ir al mar. El agua salada todo lo limpia, lo despeja. Desde agosto del 2008 que no me meto ni en el Atlántico ni en el Pacífico. Urge.

Cuando era chica y estaba angustiada o triste porque alguien me había roto el corazón, me sentaba al piano y hacía escalas. También tocaba algún ejercicio del libro de Czerny. Ahora me angustio menos y ya nadie, afortunadamente, me rompe el corazón. Ya no me siento nunca al piano pero de todas maneras, debería afinarlo. También debería tocar, puede que siga siendo terapéutico.

Me gustan los anillos en las manos masculinas. Cuando Diego se pone uno que me gusta particularmente, pienso que es muy sexy.

Me gustan las historias de amor.

Sigo queriendo estudiar matemática pero no sé por dónde encarar. En esta ciudad estoy tan perdida. Inverosímil.

Me acosté diciéndole a Diego que me gusta que seamos así, que todo nos chupe un poco un huevo. Seriamente. Me molesta cuando la gente no se da cuenta de que yo soy así, nada me importa mucho.

¿Debería tomar pastas? Necesito dormir más y mejor. También necesitaría cortarle la teta a Milo, parezco una primeriza inexperta, este bebé, como muchas otras cosas últimamente, me agarró en curva.

Estoy cansada e inconexa. Tengo un día largo por delante y un resto mínimo de energía.

¿Qué hubiera sido de mí si Diego no se enamoraba?

Uf. No quiero ni pensar.

Así las cosas.
Agotadas pero con sol.

1 comentario:

libre dijo...

la autoestima es la respuesta a muchisimas preguntas