miércoles, 27 de enero de 2010

miércoles, mañana, cansancio

Ayer a la noche la comitiva llegó tarde, les hice un pollo al horno que se secó, comieron poco y una ensalada de verdes varios, tomates confitados y almendras que tuvo más éxito. Nos quedamos charlando como la noche anterior, divertido. Me gusta la comunidad, que haya gente en la casa, quedarnos boludeando. A las once y media igual no pude más y me fui a la cama. Marido se colgó con la wii, yo no podía dormir y nos quedamos conversando, estaba un poco acontecido. Después de no querer coger (ovular te hace estar en llamas) se durmió de inmediato y yo me quedé girando en falso. No me dormí hasta las tres y ahí me empecé a levantar porque el bebé estaba molesto. Me acordé de muchas cosas viejas, de Ugarte, la casa del padre de Joy, de cuando llegábamos muy bajoneras y arrasábamos con la heladera, de todas las cosas que me pasaron ahí, de los días y días que me quedé estudiando, hablando por tel, mirando pelis, metiéndome en la pile. Debió tener que ver que con Lean nos acordamos de los brigadeiros de Inés y de haber estado reviviendo los 90s.

Por lo demás, bien, siguen las pilas. Los chicos con sus cosas, el viernes Simón se va a lo de un amigo, a Tita la llevo a un cumple, a Milo le están saliendo los dientes y aunque está molesto sigue mirándome con esa cara de enamorado que me lo morfo.

Sigo muy cansada. Muy.

Tengo que ir al super.

Y ponerme a trabajar.

Así las cosas.
Soleadas.

No hay comentarios.: