jueves, 14 de enero de 2010

sobre la elíptica

Escuchar música (por lo general repetida, día tras día, porque al shuffle del ipod no le gusta mucho variar y yo, además, paso los temas que no me inspiran) me da la chance de pensar mientras le doy duro a la elíptica (hoy hice una hora completa en modo random, es decir, va variando el esfuerzo). Mientras transpiraba mi muy poco sentadora ropa de gym (últimamente duermo con la remera que tuve puesta todo el día para no tener frío al sacármela y un par de veces, también, fue la que usé para hacer ejercicio, así sin corpiño. impresentable) pensé si de verdad nos volveremos algún día. Es tan fácil quedarse. Y tan difícil armar todo desde cero. Me resulta increíble haber tenido una vida en Bs as, una casa, una rutina, un auto, trabajos. Todo, además, desde que nos fuimos, pareciera haberse vuelto más difícil. Y acá, me costó tanto en su momento que dejarlo y empezar de nuevo me da una fiaca atroz. Me resulta lejano e imposible. Pero sé que quiero volver. Y los motivos no son necesariamente los que parecen.

Tiemblo de frío.

Ya tomé café con leche con granola.

Escribo.

Tengo un manuscrito empezado hace años al lado mío.

Hay sol.

Hoy me toca ronda.

Quisiera que existiera la magia.

Pero no, sólo existe la voluntad.

Así las cosas, chicos.
Tranquilas.

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