martes, 19 de enero de 2010

y todo vuelve a la normalidad

Se terminó el excursus, la diversión, la pavada. La vida retoma su curso habitual y está bueno y no está bueno a la vez, claro. Dormí bien, profundo y de corrido por primera vez en largos meses. Estaba tan cansada. Milo en el cuarto con sus hermanos y mis padres en el cuarto que volvió a ser de huéspedes. No recordar los sueños, no levantarse, no pensar. Dormir. Excelente. Lo malo: volvió la angustia de siempre, un nudito agazapado en el esternón que no deja de palpitar. Me deprime y me saca pilas pero también me es tan familiar que lo vivo como un reencuentro. También fueron largos meses de no padecerlo. Qué gancho. Queremos un gran 2010.

En fin. Todo como era entonces. La cabeza reseteada de un plan pero volviendo a la neurosis habitual, te juro que pensé que me había curado, al menos un poco.

El exterior puede ser hostil. Muy hostil. Estoy preocupada.

Pero es mejor no pensar.

Ahora gym o laburo, ya decidiré. Seguramente la elíptica y el sauna sean reparadores.
Así las cosas.
Ahora, como siempre.

1 comentario:

Manuel dijo...

lindo blog, estimada. Saludos desde otra ciudad de invierno gris, pero con mucha menos gente.