domingo, 31 de enero de 2010

somos fruto de esto

Cuando entramos al Buenos Aires, Sanguinetti nos recibió diciendo que éramos la elite intelectual del país. Semejantes palabras a nenitos de trece años implican muchas cosas. La mayoría negativas. Éramos insoportables. Pero pasa el tiempo y crecés y todo se vuelve más liviano, más tranquilo, más natural. Cuando me cruzo, después de una década de retiro, con gente así me dan ganas de huir. Esto, papi, yo ya lo viví. Y no está bueno.

Lean toca lo que se acuerda en el piano. Algunas cosas yo también las tocaba. Parece que nos vamos a comer a la Condesa.

No leí los diarios. A la vuelta.

En la semana tengo que ponerme las pilas con pendientes de la casa, del banco, de los chicos. Mucho.

Qué fiaca pero es así.

En fin.
Eso. Tener a la gente que no da lejos. No queremos estos deja vu.
Así las cosas.
Domingueras.

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