viernes, 15 de enero de 2010

tarde de nada

Estoy ahuevadísima. Cero motivación. Comimos milanesas y espinaca a la crema. Al rato hornearé algo, como adelanté en el post anterior. Pienso que de a poco me desacostumbro a hablar, en la vida real. Poco contacto humano. Llueve y sale el sol, alternada o conjuntamente. Tengo sueño. Ganas de tirarme a leer en la cama, siesta potencial. A la tarde, merienda. Pensé en pasar por Zara para buscar algún abrigo pero gana la fiaca. Simón y amigo juegan a la Wii. Suelo mantener a mis hijos lejos de la tele y las seducciones electrónica pero es viernes. Todos hacemos un poco lo que tenemos ganas. Soy experta en perder el tiempo, de las peores maneras. Y no mucho más. Hablo poco con marido. Son épocas. Me llama de tanto en tanto y yo no lo llamo, no tengo qué decirle. Suelo contactarlo si está medio caído o si tengo algún motivo de queja. No aplican ninguna de las dos opciones. A veces siento que se me escurre la vida pero de todas maneras, no queremos caer en moods bajón.
Así las cosas.
Invierno en el df, one more time.

(las madres de la escuela de Tita se sorprenden porque me pega mal el frío, dicen que yo debería estar acostumbrada. Alego vivir hace cinco años acá, ponen cara de tenés razón).

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