Alguien me ha dicho que la soledad, se esconde tras tus ojos

Joven, flaca y blanca. Alguien me preguntó hace poco por qué no era blanca siendo que mis ascendientes venían de Rusia, Ucrania, etc. Yo alegué que sí soy blanca, blanca verdosa pero cuando muestro cualquier parte del cuerpo, no se nota. Ya entendí. Era muy blanca. Verde. Hasta que me vine a vivir a una ciudad en la que hay sol todos los días, al menos medio día. Yo no tomo sol. Detesto el sol. Bah, no. Ahora ya no. Ahora siento que me carga de energía aunque soy incapaz de tirarme a tomar sol como una actividad.

Bueh.

El resto: tengo una contractura horrible. Sigo durmiendo mal, pensando. Soñé que era el casamiento de Martín RD, el amigo de Lean. O el cumpleaños. Íbamos con Ile, había mucha gente del pasado, del 99, que había venido desde Bs As. Todo delirante.
Con marido nos sacamos chispas, en el peor sentido. Mucho nervio. Entre sueños pensé que había que imponer el slogan: garchar es vida. O semejante. Claro que cuando te despertás nada es verosímil. Tuve toda una reflexión sobre la condena de la promiscuidad y sus fundamentos económicos en otro momento de la Historia y como el mundo se plegó sin más. Ridículo eso y ridículo que piense esas cosas en el duermevela de las 6.30am, lo sé. Es lo que hay.

¿Qué más? Nada. Mucho delay. Falta poco para ir a Bs As pero antes está el play de Coco, el festival de Tita, todos los shows de marido y en el medio su viaje a NY. El viernes llega Lean (y Sebastián) y no estoy concientizada de que tengo doble huésped en casa, tengo que pedirle a las chicas que me acondicionen el cuarto de abajo y pasar a Coco al de sus hermanos. Marido nervia por esto y otros motivos y yo, bueno, como siempre.

Ah sí, antes de despertarme del todo pensé en lo malo que es criar a tus hijos sin familia (como hice con los dos menores desde el principio), de lo aguerrida que tuve que ser desde pendeja y en lo cansada que a veces estoy de todo (existencialmente, claro). Pero todo bien, a pesar la tensión con marido soy pseudo contenta.

Por lo demás, escribime. Quiero saber.

Así las cosas, chicos.
Primaverales.