jueves, 3 de marzo de 2011

uf

Leo sobre el affaire Vargas Llosa. Me supera, leo la carta de Caparrós y la considero razonable. La realidad igual sigue escapándoseme como arena entre las manos, no puedo, también superada por la chiquitez de mi propia cotideaneidad. Me siento un poco sola aunque sea falaz. Es una soledad un tanto conceptual. Es una soledad de la historia, los amigos de siempre están lejos y no hablo solo de kilómetros físicos. Más pesa por lo general el aspecto simbólico. Las redes sociales propias, al igual que la coyuntura sociopolítica mundial, mutan. Y no estoy del todo segura de que eso me guste. Pero: ni modo.

Por lo demás y en lo concreto, Luzma no va a venir la semana que viene tampoco. Se siente mal, tiene que hacerse unos estudios, dice que nos extraña. No aguanto más. Me agota todo. Marido estreseitor mal. Encierro suburbano que no ayuda. Hoy también solo salí para ir al club. A la mañana y a la tarde. Milo parece sentirse mal. Llora y se queja. Un día voy a decir que me voy al super para no volver. Ooops.

Mi hijo pone: no crean que estoy loco, en FB. Estamos todos más de la cuc de lo que pensamos.

Ah sí, los goals del año deberían ser: intentar luchar contra la rigidez, concentrarme, ser mejor madre, menos nerviosa, más tolerante, más amorosa. Y un montón de etcéteras pero sería demasiado optimista seguir enumerando cualidades que jamás me van a revestir.

En fin.
Así las cosas.

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