sábado, 19 de marzo de 2011

es un día de sol

Soy breve, tengo los diarios ahí, todos abiertos, esperándome. Es un momento que disfruto mucho. Ya hice zumba, me bañé con Tita (que ahora pinta al lado mío mientras evito que se queje), Milo duerme y marido y Coco están en el club. Íbamos a ir a ver una versión de La flauta mágica para niños al Lunario pero no había entradas, como es puente la ciudad está semi vacía, ahora voy a investigar a ver qué podemos hacer que no sea cine (aunque no me parece una mala opción). Espero que el bebuch se sienta bien porque ayer estaba con fiebre.

Fue una noche rara. Marido me dijo algo MUY ofensivo y yo me puse a llorar con ruido y salía corriendo a comprar cigarrillos, hipando por el camino. Volví y marido volvió a pedirme perdón. Tenía un cansancio indecible así que me tiré en el sillón, antes me había negado a mirar una peli, y me quedé dormida. Meterme en la cama fue lo más placentero en años. A la mañana no había rastros de enojo. Ya no me dura ni siquiera media hora, es un gasto de energía inútil el de enojarse. Paso.

Por lo demás, estoy tranquila, sedada. Pienso todo el tiempo pero tengo el cuerpo relajado y una cierta paz sentadora.

Lo único que me da tristeza es que no comulgo con la ciudad. Eso es triste. Pero no tenemos otras opciones.

Y empecé dieta. Lo necesito.
En fin, guys.
Así las cosas.

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