miércoles, 2 de marzo de 2011

Hoy me desperté pensando en mis abuelos. La pena enorme de que se haya muerto David, de que la casa ya no exista y le pertenezca a otras personas, de que los objetos estén despergidados por ahí (de hecho hoy guardé unas fotos adentro de un libro de Brueghel que me llevé de su casa; saqué unas fotos de un corcho (?) y las meto en libros para que se planchen), de que no haya nadie que diga lo linda que era cuando era chica (el subtexto:en contraposición a lo que me volví).


Después pensé en el cinismo, en que el mundo es un lugar de mierda y en todo lo que hacemos -hago- para vivir como si no. Entonces me di cuenta de que no es el cinismo lo que no soporto -todos tenemos una cuota de, o casi- sino la mala leche. La tolerancia hacia un montón de cosas se está evaporando con la edad. Me siento irremediablemente grande, poco atractiva, fastidiada y otros etcéteras.

Bueno, Milo llora al grito de "paque" lo que quiere decir parque y me tira de la manga.

Así las cosas.

No hay comentarios.: