Amanecí mal, con dolor de panza y un poco de espíritu. Marido se va de viaje y vuelve el domingo, tengo que llevar a Tita a la feria de Chapultepec (el peor programa de la historia) y todo me pega medio mal. Pero bueno, hay tsunami y terremoto y muertos y heridos y todos los días, en el mundo se mueren niños de hambre por lo cual nos vamos a hacer, por una vez, cargo del relativismo y moveremos el orto para ahuyentar las penas.
Mis tres hijos están acá. Coco no fue al colegio, a Tita no la pasaron a buscar y Milo está ultra chillón y fastidiado. Plomazo.
Así las cosas.
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