domingo, 27 de marzo de 2011

Mientras recorro los diarios

Despido a las dos amigas de mis hijos que se quedaron a dormir, juntaron todo, lavaron los platos del mega desayuno que hizo marido y que les dio esa consigna antes de irse a jugar al tenis. Intenté decirles que no, que no lo hicieran porque podía pasar algo pero llegué tarde, se rompió un vaso de vidrio por suerte sin consecuencias. Lavaron, secaron y guardaron y pusieron las camas en su lugar. Ahora mis hijos van a empezar con la cantata de ¿qué hacemos? y yo empiezo a angustiarme. No sé qué hacemos, piensen, yo tengo todos los diarios abiertos, muchas deber atrasado y una fiaca atómica aunque me levanté recién a las 10am. Los escuché desde las 6.30 pero no me hice eco y dormí profundo, sin pensar, las horas restantes (aunque con interrupciones). En mi cabeza resuena la canción de Nacho sobre el mercado de Sonora, raro porque suelo pasarla pero me repiquetea "No te conviene ir..."

No, rectifico, no se quejan mis hijos, solo están los dos grandes tirados, en silencio, al lado mío. Cansados, claro.

Por lo demás, no pudimos terminar de ver Somewhere porque se cortaba. Ayer pensé mucho en Lost in translation, una peli a la que le tengo mucho aprecio y que me hubiera encatando filmar (?).

No importa. Bueno, no fluyo. Voy a seguir con los diarios y en algún momento me bañaré, me vestiré y esperaré a que aparezca marido para ver si nos ponemos las pilas y hacemos algooooooooo. Algo cultural, por ejemplo.

En fin.
Así la vida.

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