Es un mal horario. Yo tengo esa mala tendencia a pensar de más. Hoy, por ejemplo, mientras con un ojo miraba a los grandes pegarle a la bola con la raqueta, con el otro cuidaba que Milo no se rompiera la crisma en los escalones demasiados altos y de repente, zaz, extrañamiento. Entonces me pregunto si es la cultura la culpable de repentino hiato entre el instinto primario maternal o si es al revés, si el instinto primario maternal no es un mero constructo. Tiendo más hacia la primer premisa pero quién sabe ¿no? Después dejé al Coco en su segunda hora y fui al centro comercial a intentar sacarle las fotos para la visa gringa a la pequeña pero fallé one more time. Acá a veces todo es demasiado difficult. ¿Me pudro en el suburbio mientras allá afuera hay un mundo de sensaciones? Tampoco lo sé, es una sensación que va y viene. La opresión de la vida de madre es relativa porque todo es relativo con la salud y las necesidades básicas cubiertas.
Marido me pregunta si pongo que escucha Semilla y le digo que no pero claro, esta enunciación es una contradicción. Así soy: un cúmulo de contradicciones superpuestas que a veces se cae mejor que otras.
Siendo las 9.18pm me quiero un poco más, le hice bifacho a marido, él se lo completó con el puré de papa alegrado con provolone ahumado y yo comí pita con queisho y manzana de postr que, por cierto, me cae como el orto. Hacer semi dieta es medio lo menos pero ser gordich es peor. Obvio.
Bueno, chicos.
Así las cosas.
Nada para destacar.
Ah sí, le dije a madre que yo cero locura ¿qué onda conmigo y mi capacidad de decir pavadas gratuitamente????
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