martes, 8 de marzo de 2011

oh, it´s such a perfect day

I´m glad I spent it with you.

No, no viene a nada. Lo pasé sola. Oh no, no. Lo pasé con mis hijos. Fuimos a tenis y después a vacunar a Milo y eso fue todo. TODO. Íbamos a ir con marido a ver Black Swan pero parece que no llegamos. Marido tuvo scouting y tiene la agenda ocupadísima por los próximos dos meses. Ocupadísima MAL.

Mis amigas sugieren que pasemos una noche juntas en el Tigre como regalo de los 33 (no nos regalamos nada las unas a las otras, disaster). Creo que no estamos las seis juntas una noche desde el 96, lo que suma 15 años. Mientras veía pelotitas pasar de un lado al otro de la cancha por nenes que juegan bastante para el orto, pensé en todo lo que pasó en estos muchos años. Uf. Tantísimas cosas. Buenas, malas, neutras. Mudanzas, hijos, muertes, vueltas. Y muchos otros etcéteras. Pero lo que no pasó mucho fueron peleas. No solemos pelearnos. Eso es bueno. No hay odios soterrados ni resentimientos atávicos a pesar de que cumplimos 20 años de conocernos aunque no de amistad. Si digo mis amigas sigo pensando en ellas y eso que, está claro, perdimos cotideaneidad. Pero creo que con nadie en el mundo me río tanto. Aunque la mayor parte de las veces sea el objeto de la chanza.

Mientras manejaba, volviendo de Costco (oh, sí, también fui a comprar pan de papa, Nesquik, roast beef y mozzarella) pensé que soy una derrapada por naturaleza. Una derrapada leal y bien portada pero derrapada al fin. Nada me salva y ni siquiera quiero que eso suceda.

Bueno, hija reclama que le lea cuento. Hija es mucho más feliz y tranquila cuando no está hijo mayor lo que se vuelve un problema medio grave por insoluble.

En fin, guys.
Así de encerradas las cosas.

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