martes, 4 de mayo de 2010

Átame

Dios mío, ¿dónde quedé? Sepultada en las labores suburbanas, laborales, maritales. Ni tiempo de teñirme tuve. Me caigo a cachos y marido me echa en cara que me duermo rápido. Sí, papá. Mucho crío. Mucha cosa. Un delirio nuestra vida. Sabelo.
Me voy a la cama sin haberte agregado nada. Líneas superfluas. La constante: cansancio, extremo.

Así las cosas.

1 comentario:

laura dijo...

Hola,

Me di una vuelta por tu blog y me gustaron mucho tus escritos.
Nada, quería contactarte, invitarte a pasar por el mío y decirte que te sigo!!!. Me gusta el estilo de tu escritura....ese marido, esos niños...ay. Soy de Buenos Aires. Saludos!