martes, 11 de mayo de 2010

sol, enfermedad, distancia

El día de mierda de ayer terminó temprano, apagué la luz antes de las 9.30pm. Delirante. Como marido no me habla, me dispuse a dormir. Tardé, claro. No sólo por falta de sueño sino porque me dolía mucho la garganta. Ahora siento que tengo un rayador en los pulmones. Estoy en la cama, sin poder ir al gym, más gorda que nunca. Me deprimí. Nada concreto, estoy para atrás. Así, en general. Sentirse mal no ayuda. La energía se fue a cero. Ganas de nada. De dormir. Aunque sé que salir sirve. Que siempre ganás. Todo se vuelve complicado a mi alrededor. Demasiados frentes, como siempre. Agotador. Siento que no puedo.
Sí, todo un plomo. Me encantaría contar algo contento, alegre, gracioso. No salgo de casa. Pocas posibilidades. El sábado en el cumple infantil había Mariachi (y se dice así, sin s). No se podía ni hablar. Salimos con hermana con la cabeza quemada. Terrible. Además, con micrófono (cosa rarísima, el Mariachi no necesita de tecnología para ser escuchado). Obviamente los adultos le daban al alcohol mientras los niños miraban un show de La guerra de las galaxias muy región 4. El findex fue un cero al as. Y la semana no pinta mejor. Mi cuerpo pide piedad. Voy a hacerle los ejercicios a mi hijo menor.
Así las cosas.
Malísimas.

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