miércoles, 5 de mayo de 2010

hipersensibilidad

Fuimos a la neuróloga. Antes dejé a Tita en el club con Pau y Lau, comí y me vine a casa a que Milo durmiera la siesta. Sigue el cansancio y el estrés, una aceleración que no se va. Inquietud. Laburé un cacho y buscamos a Diego. Ese sería el motivo por el cual no arranca. Me angustio. Dice que puede haber sido falta de estimulación. Culpa. Sentimiento de mierda si los hay. Yo le escapo constantemente. No sirve. Dejamos a marido nuevamente en la oficina, venimos a casa y nos tiramos con Dani a estimularlo. Llora mucho. No le gusta, chilla, se angustia y yo con él. Me hace sentir muy mal. Me desespero. Digo, nada que se note pero la paso mal a su ritmo. Es horrible. En dos meses tenemos que volver, si no arrancó, estudios. De todas maneras, si es hipersensibilidad por una lesión, no hay nada que hacer. Sólo estimulación.

En otro orden de cosas, mientras volvía por el medio de la contaminación más espantosa, sequedad, sensación de suciedad extema, pensaba en rescatarse. Hay gente que no cae en indignidades (no soy el caso), que se aguanta las situaciones más extremas con entereza. Pensaba si era gente más fría o no. Si disfruta de las cosas tanto como los que derrapamos. Bueno, no sé, cualquierismos del bocho quemado. Yo, de todas maneras (y ya lo dije muchas veces) entiendo mucho la miseria, la humanidad extrema. No me gusta nada la envidia, los celos mal sanos, esas cosas me espantan. Me hacen alejarme.

¿A qué venía todo esto? Don´t know. Me siento desconectada del planeta y no creo que caiga a la realidad en breve.

También mientras manejaba pensé en los apodos deformes de mis amigas históricas: ferchals, maros, analois, crishun...pauli y yo la semi zafeti.

No mucho más, guys.
Sin recuperarme, no engancho ritmo.
Así las cosas.
Raras.

1 comentario:

oh nikita dijo...

Estimada, te vengo leyendo desde hace un par de meses. Me identifico bastante con algunas cosas de tu vida. Te cuento que el mayor de mis tres hijos (9 años) tiene síndrome de Down. Fue una tragedia cuando nació. Una cagada más en mi vida. De a poco lo fui superando? aceptando?, buá, la cosa es que vivimos relativamente felices, puteando de vez en cuando, como todos. El asunto, no me queda claro lo de Milo, pero yo odié ser estimuladora de mi hijo, los dos primeros años me dediqué a estarle arriba, a ver si lograba que fuera menos Down o algo así. Caminó a los tres años y medio, para ese entonces yo ya estaba podrida de intentarlo. Después me relajé con otros temas y ya no fueron tan estresantes: hablar, esfínteres... No sé, tu aporte es valiosísimo, pero no sé si tiene que ser así, que seas la estimuladora. Como me dijo alguien ¨yo no quiero ser estimuladora, quiero ser mamá¨. No quiero aburrirte, saludos