martes, 25 de mayo de 2010

yo siempre estoy

Eso es lo que me dijo Diego después de ir a pasarle corriente a mi auto que se había quedado sin batería a la vuelta de la escuela de Simón. Mi madre se fue con los mayores y Migue (con quien hacemos ronda/pool), llevó a Migue a su casa y yo me fui manejando (después de suspender la grúa) hasta la oficina de Diego. Dejé el coche, pedí un taxi y fui a mi comida de trabajo que no fue muy de trabajo, a decir verdad. Pero de lo más agradable. Llegué a casa siendo casi las siete. Había pasado a buscar el auto nuevamente, Mauricio le había comprado y cambiado la batería y volví sin problemas.
Despierta desde las seis, estoy cansada. La vuelta al gym más la manejada, más el estrés, más todo lo que no te sé decir, me agotan. Al rato ceno con madre y hermana en restó de la Condesa. No es que espiritualmente haya remontado demasiado pero ahí la llevo. Tuve taller, poca lit mucha politk. Pero bueno, a veces es así. Después, coacheo por mi bajo rendimiento. A arrancar de nuevo. Qué difícil. Por favor.
Hace calor. Bastante. Y debe estar muy seco porque todo lo que toco me saca chispas. O estoy muy cargada. Marido contento con show que va a grabar. Grosso. Y no mucho más. Quiero-necesito-deseo fervientemente vacaciones para no ya recargar pilas sino bajar mil cambios.
En fin, chicos.
Así las cosas.
No conclutions.

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