lunes, 10 de mayo de 2010

Bueh, el día de la madre

Para mí desde que soy madre, el día de la madre es una mierda. Cuando vivía en Buenos Aires, mi marido nunca estaba porque tenía los premios Mtv en Miami y la fecha solía coincidir. Igual, me dejaba regalos escondidos. Eso estaba bueno. En el 2001, cuando estaba embarazada de Simón y los premios todavía no existían, me llenó la casa de velas y me hizo un montón de regalos. Buen recuerdo. (Ahora dudo y me pregunto si eso no fue para mi cumple). No importa. Desde que vivimos acá, no existe. Por lo general me compraba un regalo cualquiera la noche anterior. La realidad es que no me interesa. Hoy no es la excepción. No habrá regalo, cosa que está bien, no hay un peso de sobra para gastar y el festejo será hacerle la comida a mis tres hijos y después ordenar juguetes (tenemos que decidir qué regalar y ordenar los libros que están en cualquiera). Milo llora en la cuna, no se quiere dormir. Yo tengo la tintura en la cabeza, ya estaba completamente impresentable, los chicos salen temprano del cole y no mucho más. Hice camas, lavé platos, ordené ropa, vestí bebé, tiré porquerías (un trabajo que en mi casa no se termina nunca, pareciera que las porquerías se reproducen). En un rato me bañaré, me haré un café e intentaré trabajar el breve lapso de tiempo que tengo. No sé qué les voy a hacer de comer pero tengo milangas en el freezer y chauchas (o ejotes, depende dónde vivas) y brócoli hervido. También tengo un par de presas de pollo que nadan en una salsa de tomate que hizo Daniela. Ya veré.
En fin. Así las cosas.
Medio miserables, como siempre. Pero acostumbrados

1 comentario:

j. dijo...

Primero: ¡feliz día de la madre mexicana! Deberías festejar. Aunque parezca una tontería, no lo es, y siempre está bueno un mimo al ego.
Segundo: ¿y si hervís unas papas con las chauchas? Queda rico con aceite de oliva y pimienta blanca, y si acompaña milanesas es una super comida.