lunes, 10 de mayo de 2010

Si no fuera porque estuve mucho con mis hijos, diría que este sería el ideal platónico de un día de mierda. Espantoso todo. No salí de casa. Whatever.
Comimos sano, carne recalentada del asado que hizo Diego el sábado con ensalada de chauchas y papa (como bien aconsejó jotita) y ensalada horrible también del sábado. Peleas, gritos, etcéteras que no vale la pena describir. Llanto. Tristeza. Después ordené parte de los libros con mis hijos, regalé juguetes y estimulamos entre todos a Milo que demostró que lo único que lo motiva es lo dulce. Deberías verlo ponerse para gatear con un chocolate delante. Eso sí: no avanza. Pero ahí va. Luego salimos un rato al parque y ahora los chicos (bah, Simón que no suelta el control) juegan un mini a la Wii con Feli y Juana antes de que sea la hora del baño. Parece que las galletas María también mueven al gordo. Increíble. Son las seis y doce y estoy agotada. Desalentada. Entristecida y solitaria.
Eso. Un embole.

Feliz día, madres del mundo.

2 comentarios:

j. dijo...

Lloro de emoción por lo de la ensalada de chauchas. Espero que haya quedado rica!
Lo demás... la vida es una porquería (siempre, para todos, a no ser que haya una parte alucinante que no haya llegado todavía), así que no queda otra que apechugar y seguir poniendole onda...
Adelante, siempre adelante.

Ximenius dijo...

Te quiero amiga, feliz Día de la madres!!!
Coincido con J. la vida es un dolor de huevos para todos, un mar picado... aspiremos a una temporadita en una alberca (pileta), fuera de eso..

puto mar picado...

Siéntete acompañada mientras la surfeas, habemos muchos y muchas nadando igual..

nos vemos esta semana, besos muchos