martes, 27 de abril de 2010

¿Entonces?

Pensé mucho hoy. Sobre lo que adelanté en el post anterior.

Y yo, ¿por qué soy así?

En principio, no me arreglo. Siempre uso jeans (tengo dos que son de los últimos ocho meses, los demás van para atrás hasta los once años en mi placard), en verano musculosa y chatitas y en invierno remeras de manga larga, suerters y botas. No varío. No me sé arreglar. No uso ningún tipo de accesorio (muy de vez en cuando un anillo y cada muerte de obispo la cadena con el silbato y el pequeño camafeo que me regaló Diego). Desde los trece que me visto igual. Tuve una época de pantalones negros y borceguies pero no mucho más, de vez en cuando también pollera. Ahora vivo uniformada. Me compro poca ropa, en momentos muy puntuales. Como no voy a centros comerciales ni camino por la calle tampoco veo ni sé qué hay ni tengo tentaciones al alcance. Me aburro rápido de hacer compras, me excede, tengo el temita del consumo que me produce angustia. Etcétera. Tampoco me pinto. Ok. Todo esto ya lo sabemos.

Ahora.

Tampoco soy una intelectual, no puedo por ese lado justificar mi desinterés en la estética. Tampoco me hago tratamientos, no voy a hacerme las manos, menos los pies, me tiño el pelo yo en mi casa (porque intento dejarme las canas pero no soy tan hippie, me supera). Estoy gordita y hace meses que no tengo voluntad de dieta. Pero si no estoy volcada a la vida contemplativa, a los grandes problemas sociales o de la existencia, si no hay ninguna actividad específica o importante que me consuma la energía entonces ¿por qué me comporto de este modo? No lo sé.

Mi madre, sabemos es arreglada y elegante.

No tengo respuesta. Paja, seguramente.

Y la realidad es que veo el paso del tiempo en mi cara (ni te cuento del culo) y no me agrada pero ni se me ocurre hacer cosas para detenerlo/ocultarlo.

Bueno, eso. No tengo conclusión. "Necesito" un jean nuevo y un abriguito de verano (tengo una suerte de saquito que me regaló madre hace meses y me lo pongo casi todos los días, en LA me compré por 5 dólares una camperita pero es small y resulta que ya no soy flaca, lamentablemente).

Por otro lado, me quedó rondando algo que me preguntó la chica que hacía la depi defi: ¿y cómo hablan tus hijos? Es una buena pregunta. Yo no puedo darme mucha cuenta. Pero es más o menos así: con nosotros hablan en argentino (pongamos que los idiolectos se nombran de este modo), Simón mucho más marcado que Tita. Y con mexicanos, hablan en mexicano. Algunos dicen que en mexicano tienen algo raro, un dejo de..., yo creo que Coco tal vez sí pero Roberta no. Marcan mucho las eses porque, obviamente, acá no se aspiran. Y utilizan las palabras que corresponden en cada caso. Tita se esfuerza por usar la y (sh) con nosotros pero lo adquirió hace poco más de un año. Esta explicación lingüísitica tiene un trasfondo de otro tipo. ¿Cómo se sentirán mis hijos en el futuro? Depende de lo que hagamos nosotros. O viven en Argentina y les quedará la "s" marcada como una supervivencia y contarán que de chicos vivieron en Mex o serán toda la vida hijos de argentinos pero completamente mexicanizados. Porque es así. No importa de dónde sean tus padres, terminás teniendo la idiosincracia del país en el que estás (ahí están mis abuelos rusos tomando mate, etc, etc).

También comparé nuestras infancias, tan distintas. Yo, excepto porque era la segunda vuelta de una familia de padre divorciado con dos hijas, tuve una infancia muy "normal". Fui a la misma escuela toda la primaria. Después seis años al mismo colegio, estudié una carrera que terminé. Los fines de semana iba al club, veía a mis primos y a mis abuelos. Iba a Pinamar en las vacaciones de verano. Así, todo muy estipulado. Nada que ver con la vida de mis hijos. Obviamente. No creo que haya mejor o peor pero algo de la estabilidad que tuvo mi niñez me gusta, me sienta, me identifica y no porque haya sido "tranquila" (mi familia era un bardo),sabías más o menos lo que iba a pasar el año siguiente y el otro y el otro. A mis hijos eso no les pasa.

En fin.
Conclusiones: cero.
Por qué soy un desastre, no lo sé. Me deprime un poco pero no estoy con ningún plan de hacer esfuerzos para ser distinta. Al menos no por ahora.

Me toca cuento. A Milo ya lo bañé y le di la cena. Los chicos se tienen que lavar los dientes y después a la cama.

Así las cosas.
Pensativas.

2 comentarios:

MVP dijo...

Quizás los chicos perciban las cosas distintas y les guste vivir en otro país, viajar, visitar Argentina, etc.

Además, mientras sus padres estén bien, lo demás (incluído el país) puede llegar a ser irrelevante.

Feliz cumple para Milo!!!

estudiante crónica dijo...

si, uno es del pais donde crece.
mi abuelo ingles hacia unos asados impresionantes.
Cero nostalgia por Europa. Criaron hijos super argentinos.
Uno de los motivos por los que no me voy a quedar en US es que me gusto crecer en Buenos Aires (en circunstancias parecidas, hija de un segundo matrimonio, fin de semanas con primos, veranos en Pinamar) y me gustaria algo parecido para mis hijos.