martes, 20 de abril de 2010

esto es un muy mal chiste, pésimo te diría

Estaba en el estudio, intentando escribir (con poco éxito, en realidad releía y chateaba) y suena el teléfono. Atiende Lorena, escucho que habla. A los minutos baja y me dice que se tiene que ir. Ayer me había contado que a fin de enero se le había muerto su bebé recién nacido. Sí, terrible. Lloró. Yo pregunté, siempre hago lo mismo. Ahora tiene que irse al pueblo por un problema de papeles. Oscuridad. Yo, desesperación. Llama justo su prima que es la que la trajo y le pregunto si no puede venir a quedarse porque tengo que hacer la ronda y en mi auto no entran todos los chicos. Me dice que está su hermana, ahora la trae. ¿Puede ser que todo me salga mal? Mañana tengo una larga tarde de trabajo. Muy larga. Y problemas, evidentemente, muchos. ¿Por qué tengo los astros mal alienados? ¿Eh?

No fui al gym. Skype con Merin. Me bañé y me disponía a trabajar. Vaso de agua. Ahora tengo a Milo encima mío, mientras escribo estas líneas.

Marido un poco de mejor onda. Por suerte. Sí, pedir perdón.

Chicos. Si alguno quiere mandarme una pócima o algo que me saque la mala de encima, la re recibo.
Gracias.

Así las cosas.
Ridículas.

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