miércoles, 21 de abril de 2010

me fui por las ramas y olvidé lo que quería decir desde ayer

Sí, la estoy pasando un poco mal. El tema doméstico en mi vida no es un detalle, mi abuela mal, el tema de Milo lógicamente me angustia, que mi marido no me soporte la mitad del tiempo, no está bueno. Y todo lo que repetimos día a día, post a post, como una mantra de la queja metódica.

Pero.

Yo tengo mucha conciencia de que estoy bien. Por primera vez en años (o en mi vida entera) me siento bastante bien conmigo misma. No me importa ser gordich, pienso que no es trascendental, me gusta lo que estoy haciendo, me entusiasma, tengo proyectos, energía. Me aburre la vida de madre, es verdad, te soy sincera. Me sobrepasa pero la elegí y me hago cargo. Sé que estos son los mejores años de mi vida. Suena rimbombante pero es verdad. Me apena un poco estar desperdiciándolos en el suburbio. De eso hablábamos con Pau y Maru. Plenitud. Los treinta son así. Copados. Ojalá duraran por siempre.

En fin.
Llegó Lupita.
Así las cosas.
Me voy a bañar.

3 comentarios:

j. dijo...

Nos gustan los treinta. No te sacan los problemas (al contrario, te traen otros mucho más complejos que los de los veinte) pero al mismo tiempo te dan un centro, paz, perspectiva. No es poca cosa. Salú.

Marian dijo...

que le pasa el bebe??

Maggie dijo...

los treinta son lo mejor. no los estás desperdiciando en el suburbio, pensalo como una inversión a plazo largooo.

[y sobre los 30...ojalá que tuviera mis piernas de los 20, pero ni modo!]

beso,