miércoles, 14 de abril de 2010

la abuela duerme

Y yo estoy sola con ella en la habitación. Está, increíblemente, un poco mejor. Yo sólo quiero que no sufra. Me da pena verla tan incómoda. Todo le molesta y tiene motivos. Entré y mis hermanas le hacían cantitos mientras comía. A los gritos. Le echaban porras. Creo que mi abuela quiere que nos volvamos cada una a su lugar de residencia, no nos aguanta más. En Buenos Aires, sigue lloviendo. Ayer me fijé el pronóstico y decía que mañana va a estar lindo.

Hoy me dio la sensación de que hay gente a la que al principio, pongo nerviosa. Después todo el mundo se da cuenta de que parezco salida de un programa de televisión infantil. O, tal vez, es sólo una impresión mía. Errónea. En un rato busco al bebé y me voy a pasear. Se va la nana. Después, pediatra. La mano me sigue doliendo. Suponemos: humedad.

No leo una página impresa hace días. No puedo concetrarme ni en la revista Noticias que anda dando vueltas por acá. Tampoco tele y menos que menos, libro.


Así las cosas.

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