viernes, 2 de abril de 2010

viernes santo

Intento leer los diarios. Un poco. Proliferación de curas pedófilos (lo que me resulta aberrante), mujeres caucásicas suicidas, inflación, Ricky que se asume puto, el tráfico de semana santa. Cosas así. Claro.

Yo lucho con mi angustia.

No ahora. En este momento, no. En general. Ayer a la noche creí que me iba a volver loca. El cuerpo que no encuentra cómo ponerse, la incomodidad que crece, respirar profundo. Nos pasamos el día en el club sin hacer deporte. Mal ahí, eso me hubiera servido. Pero mucha paja, muchos hijos. Los chicos nadaron, Milo ahí estuvo entre la toalla, con sus juguetes, upa y la carreola. Estaban María José y Sandy.


Volvimos y buscamos pelis para bajar. De repente no se te ocurre nada o no las encontrás. O lo que sea. A mí, lo dije muchas veces, me gusta el cine nórdico, el francés, el alemán, el inglés. De verdad. Acá, no llega nada. Impossible. Pura merda hollywoodense. Después de (no) mirar en la tele una de Adam Sandler con Zohan en el título, pusimos Where the wild things are, con Tita y Coco. Yo me dormí un poco, Roberta se durmió del todo y el que más la disfrutó fue, por lejos, Simón. Después, miramos una comedia romántica italiana, mala pero alegre que, junto con un buen baño, me revitalizó.

Es que.

Hijos 24hs me angustian MUCHO. MAL.

Me ahogo. Pienso: no nací para esto. Y creo que es verdad. A mí me gusta la libertad, hacer lo que se me canta, coger, estar tirada leyendo, mirar pelis. De todas maneras, dejamos a las crías en un cuarto, cerramos la puerta y garchamos. Eso me pone de buenas.

Ahora marido prepara desayuno mexicano con todos los hijos alrededor: huevos a la mex, molletes y alguna otra cosita. Le lleva mucho tiempo, yo puse un disco (que no escucho) y me vine a refugiar a la compu.

Me están llamando. Voy a comer de más para después deprimirme porque me sobran 5 kilos (eso también me tiene pésimo).

Así las cosas.
Agobiadas.

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