jueves, 8 de abril de 2010

no sé si es comedia dramática, drama liviano, drama intenso, comedia a secas

Diego, sabemos, está en Monterrey. Yo, muy cansada, me eché en la cama a mirar una peli después de darle de comer y acostar a Milo. En esas estaba cuando sonó el teléfono, primero era paa Jobis, bajé a avisarle. Atendió. Volvió a sonar. El tío de Jobis, para mí. Que no estaba de acuerdo con que Jobis se quedara en casa con los chicos si yo no estaba, con todo lo que andaba pasando, el caso Paullette. Intenté explicarle que no se quedaba sola, que se quedaba mi marido (presumo que ahí el problema), discutimos, cortamos sin llegar a un acuerdo. Bajo a hacerme pan con queso, me manduco unos after eight, un poco de chocolate amargo (las circunstancias no están como para que haga dieta) y veo que el cuerto de servicio está muy apagado. Raro. Subo y a los diez minutos recibo un mensaje de texto que decía algo así como: perdón señora, que mala onda irme sin avisarle, ustedes que fueron tan buenos, fue un gusto trabajar. gracias por todo. O semejante. Taquicardía. Bajé corriendo, cuarto vaciado. Salí a la calle a gritar: Jobis, como una loca. Llamé a Diego al celular. Llamé a Pau. Lo peor es que después de tantos años acá, nada me parece inverosímil. Tardé mucho en dormirme, me desperté muuuchas veces, le hice mamila al bebé temprano. Soñé que alguien inesperado me escribía un mail buena onda. Me levanté, hice camas, cambié bebé, skypié con madre y hermanas, lavé los platos que había dejado Jobis anoche. Y acá estoy intentando sacar pasaje para mañana, con mil cosas por resolver, me tengo que bañar, comprar regalo, comprar hierro, hacer valija, conseguir a alguien, cambiar turnos. Bueno, de trabajo ni hablemos.

Y mientras, mi abuela se muere. Pobre. Mi hermana mayor me llora desde Washington a donde se fue de vacaciones y culpa al Patio Bullrich de la caída. Le digo que tiene 98 años, que la gente se muere. Me dice que hay quienes viven hasta los ciento y algo y le contesto que hay quienes se mueren a los setenta. Amiga me llama porque lloró de madrugada por cosas de trabajo, que no puede más de la ansiedad. Yo sentí toda la noche que estoy al borde de explotar. De verdad. No sé cuándo fue la última vez que sentí ese nivel de estrés. Los chicos siguen en lo de Lisa y ahí se quedarán un rato más.

En fin.
Así las cosas.
Indescriptibles.

5 comentarios:

j. dijo...

¿Y con quién se quedan los chicos?
(es como un novelón!!)

JB dijo...

con el padre que tiene, como todos, muchos defectos pero es voluntarioso y solidario y se copa estando con los chicos. eso sí, hacen cualquiera cuando yo no estoy...

MVP dijo...

Uyyy me pasó eso de que se rajen y ahí me comentaron el dicho mexicano "Te fuiste como la (mu)chacha, sin decir adiós".

Suerte con la búsqueda, avisá si no conseguís a nadie y te paso un par de teléfonos al menos para que alguien limpie el quilombo mientras no estás.

Slds,
Vicky

Morocha dijo...

Lo bueno es que te vas y vas a estar con tu abue, mientras tu marido justo llega de viaje para quedarse con los chicos, de alguna manera las cosas siempre se resuelven.

Y sí, harán cualquiera, pero nada grave.

Vas a estar, me parece que ahora eso es lo importante (mi abuela murió de golpe, a los 80, de un paro, estando yo acá, y ni siquiera pude viajar a velarla: horrible aún 4 años después).

Y sí, es loco que no sorprenda un borre así, pero en ese sentido este país es inconmensurable.

Animo que todo sale, mucha buena vibra y luz para vos y tu abuela, buen viaje.

estudiante crónica dijo...

Googlee el caso Paulette...un horror!

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