lunes, 12 de abril de 2010

no entiendo mucho

Mi vida está en un estadio muy extraño. Incomprensible para mí. Marce, Ale y yo estamos en la habitación de la abuela, cada una con su máquina mientras ella ronca. A mí, su sueño pesado me da tranquilidad. En un rato la van a pasar a una habitación común. Eso es bueno, aunque no se sabe qué va a pasar. Pero ya que sepa que no está en terapia, a ella le va a hacer bien. Mientras, acá estamos.

A la noche cenamos todos juntos, comida árabe. Hace años que no ocurría algo así, nosotras sin maridos ni hijos. Diego con Ela. Charlamos, nos reímos, discutimos de política. Los viejos tiempos. Mi familia de origen es bastante particular, somos todos medio personagios. Tendrías que conocernos. Pero con sentido del humor. Dormí bastante bien. Eso estuvo genial. Nos despertamos y vino mi suegro, me bañé y después salí a desayunar con mis padres y el bebé. Soy una cerda espantosa. Enorme. Pero bueno, todo no se puede. Hace un calor desubicado en esta ciudad. Me duele la mano, aunque cicatriza bien, está toda morada. Mi suegro dice que me reventé una venita, es por eso. Mañana le tengo que pedir a alguien que em corte el punto. Tal vez pasado. Impresión.

No tuve novedades de la señora que debería venir a casa. Espero que eso se de, me daría mucha tranquilidad. Diego pasado, los chicos pasándole mal. Me tengo que ocupar de comprarles regalitos.

Los extraño. Y ellos a mí.
Así las cosas.
Límbicas.

1 comentario:

Maggie dijo...

que bueno que ya todo vuelve a la ¿normalidad?
respecto a tu impopularidad, si estuviera en BA te mensajearía para llevarte a ventilar y tomar té. pero estoy acá...
beso!