martes, 30 de marzo de 2010

sol de primavera

Llegó Diego, yo tirada en la cama, con la panza todavía revuelta. Él, cansado. Había llegado al mediodía a la oficina y se quedó trabajando. Los chicos estaban ya un poco pesados. Pero todo bien, así son las vacaciones. En este momento tengo uno a cada lado, dibujando. Encima. Ni modo. El bebé duerme y yo termino esto y me voy al club con Tita, Coco no quiere venir. A la tarde viene madre con hijos a jugar. No comments. Trabajar no está siendo una de mis actividades del día. Cualquiera.

Igual.
No está muerto quien pelea. Mientras garchábamos, matándonos de risa, pensé que nunca somos serios. Ni para coger. Bueno, para coger, menos, claro. Y hoy a la mañana, bien temprano, con los chicos dando vueltas, le pedí que me aplastara. Me encanta. Se me sube encima con sus 25kg más y yo me copo. Después se subieron los chicos y empecé a sentir la falta de aire.

Quiero estar en Buenos Aires. I need it. Pero si antes era difícil, ahora es imposible. El lunes marido se va a Monterrey. Otra vez sopa (sola).

Hay temas que por periodos me obsesionan. Hace un tiempo es la (in)fidelidad. Otro día desarrollo. Cómo, cuándo, por qué.

Marido me manda unas fotos que le sacó a la pantalla de su compu mientras hacíamos skype. No tienen control. Se llaman: te ves mejor en movimiento. Si me da permiso, posteo la serie (y eso que salgo espantosa) porque es muy graciosa.

Dilato el momento del deporte. Chat con Juli, Domi, Xime y ahora Lau. Más cualquierismos. El 2.0 es un camino de ida.

Más Jag Sameaj para todos.
Así las cosas.

Ah, y muchas gracias por todos los comments y mail y todo eso. Eh. Posta. La abuela ahí va, preocupada por quién la va a cuidar cuando se vaya del sanatorio.

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